Los ecuatorianos indocumentados en los Estados Unidos esperan la aprobación del estatus de protección temporal.

Por: Leila Medina, Darian Mozo y Evelin Fajardo-Alvarez

En Octubre de 2022, Luis Vargas salió una noche de una reunión camino a su casa cuando fue abordado por un grupo de hombres armados. Le obligaron a subir en un carro y le dijeron que se quedara en silencio. “Me comenzaron a golpear” recuerda Vargas quien vivía en Saquisilí, una  provincia de Cotopaxi en Ecuador,  cuando fue secuestrado. Le pedían $30.000 para su liberación. Le decían que conocían todo sobre él, su familia, donde vivía. Vargas era un activista social en su comunidad y trabajaba en agricultura y en política local. 

Estuvo secuestrado por seis horas y logró escapar cuando una de las puertas del auto se abrió y salió corriendo. Los delincuentes empezaron a disparar: “Escuche dos disparos y no escuche nada más”.  

Tras sobrevivir al secuestro y al no poder denunciar por miedo a represalias decidió emigrar a los Estados Unidos. Vargas vive en Nueva York y es parte del grupo de ecuatorianos que busca se apruebe el permiso de protección temporal (TPS por sus siglas en inglés). El TPS se ha otorgado a otros países de la región como Venezuela, El Salvador, Honduras, y Haití.

El TPS puede tener desventajas ya que la protección es temporal, después del periodo de designación para el permiso, el gobierno estadounidense tiene discreción total para decidir a cuáles países extenderlo y o si renovarlo. Además, de ser aprobado no quiere decir que cualquier ecuatoriano se cualifique para el TPS – sólo personas que hayan llegado al país durante un periodo de tiempo determinado por los EE.UU. cualifican.

Los hechos violentos que incluyen el asesinato de un candidato presidencial en 2023 y la declaración de un conflicto armado interno en los primeros días del 2024, motivó a que varios colectivos en EE.UU. se unieran para crear Ecuatorianos Unidos por el TPS, un grupo formado por diferentes organizaciones que buscan obtener el estatus de protección que brinda el gobierno estadounidense a ciudadanos de aquellos  países que están pasando por situaciones extraordinarias que impida mantener a salvo a sus ciudadanos.

La violencia ha aumentado en pocos años en Ecuador. De ser uno de los tres países más seguros en América Latina en 2019, pasó a ser el país más violento de la región con una tasa de homicidios ocho veces más alta en solo cinco años, según un reporte de Insight Crime.

Las extorsiones por parte de bandas criminales son una de las denuncias más comunes. En lo que va del año, en 3 de las ciudades más violentas del país, se recibieron 1,487 denuncias de este tipo, según la comandancia de la policía en esa región. 

Integrantes del grupo ‘Ecuatorianos Unidos por el TPS’ posando para una foto durante una de sus asambleas en Queens, NY. Crédito: Darian Mozo

Integrantes del grupo ‘Ecuatorianos Unidos por el TPS’ posando para una foto durante una de sus asambleas en Queens, NY. Crédito: Darian Mozo

 

 

 

 

Escapando la violencia

Todos estos problemas han obligado a miles de personas a salir del país. William Murillo, presidente ejecutivo de 1800 Migrantes, una firma de abogados en Nueva York, dijo que durante los últimos tres años, ha visto un incremento de ecuatorianos que buscan venir al país. 

La violencia en el país del sudamericano ha tenido repercusiones en Estados Unidos, resultando en un  aumento en el número de migrantes ecuatorianos que han llegado al país en los últimos años. Desde 2023, casi 212 mil migrantes han sido detenidos en la frontera, según datos de la oficina del Centro de Información de las oficinas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). 

“Muchas de las cosas que vemos en la comunidad ecuatoriana principalmente es la desesperación por querer ingresar a Estados Unidos y no hay los caminos legales para hacerlo”, dijo Murillo.  

Ser migrante indocumentado

Vargas entiende la realidad de llegar a este país tras vivir la violencia en Ecuador, pero también la violencia que enfrentan los migrantes en la frontera con México. 

Vargas viajó en avión desde Ecuador a México, haciendo escala en Panamá. En México empezó su camino a Estados Unidos donde pagó $1500 a personas que les permitían cruzar al país del norte. Decidió pagar por que vió a varios migrantes que trataban de cruzar por ellos mismos y a quienes la mafia les disparaba dice Vargas, quien afirma que ellos son quienes controlan la frontera.  “Estás a las órdenes de la mafia” él agrega.

En la noche del 22 de diciembre de 2022, Vargas junto a su hijo, cruzaron la frontera. Tenían miedo de que una de las mafias contrarias a las que él había pagado los encontrara porque sabía que podían secuestrarlos o matarlos. Después de una hora, lograron abrir una red y pudieron entrar a Estados Unidos donde los detuvo migración. Según una declaración de Mark E. Green, Presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, oficiales fronterizos pudieron confirmar la influencia de bandas criminales en la frontera suroeste de Estados Unidos. Se estima que en 2021 los carteles generaron alrededor de $13 mil millones por tráfico de personas. 

“Hemos visto ese aumento significativo [de secuestros] de ecuatorianos, cubanos, colombianos, especialmente cuando tienen familias de acá de Estados Unidos”, explicó Murillo en un video compartido en la cuenta de 1800 Migrantes. 

“En la mayoría de las fronteras te quitan todo y ya no te devuelven nada, solo te devuelven tus documentos personales” dijo Vargas de la práctica que ha sido condenada por abogados y expertos de derechos civiles.

Tras los duros momentos que vivió en su camino, Vargas decidió dedicar su tiempo a ayudar a migrantes como él, continuando con su activismo como en Ecuador, compartiendo información para conseguir empleo y un lugar donde vivir. Estas ayudas, sin embargo, no son suficientes. Sin permisos de trabajo no pueden acceder a trabajos fijos y bien remunerados. Para Vargas de 37 años que vive en Brooklyn y trabaja esporádicamente como jornalero y lavaplatos en restaurantes, conseguir trabajo fijo sin permiso laboral o número de seguro social ha sido cuesta arriba. 

A esto se le suma la barrera del idioma. Vargas habla kichwa y español pero no habla inglés. Esto lo ha motivado a seguir su activismo en este país, esta vez luchando por el TPS: En abril, Vargas y otros miembros de Ecuatorianos por el TPS se reunieron con grupos de otros países que ya tienen el permiso para asesorarse y también visitaron a los senadores en Washington. 

Con permiso de trabajo, Vargas tendrá la oportunidad de salir del mercado laboral clandestino – donde trabajadores, sobre todo trabajadores indocumentados, están a más riesgo de explotación, abuso, heridas graves o fatales. Con el TPS, además tendría la opción de solicitar un número de seguro social, abriendo su habilidad de solicitar préstamos personales, tarjetas de crédito o hipotecas.”

“Sería magnífico que se aprobara el TPS para nosotros trabajar dignamente,” dijo Vargas. 

Miembro del grupo ‘Ecuatorianos Unidos por el TPS’ durante una reunión en apoyo a la aprobación del estatus migratorio. Crédito: Leila Medina.

Miembro del grupo ‘Ecuatorianos Unidos por el TPS’ durante una reunión en apoyo a la aprobación del estatus migratorio. Crédito: Leila Medina.

Camino a Washington

En marzo, los representantes Alexandria Ocasio-Cortez,  Adriano Espaillat, entre otros legisladores del Congreso de los EE.UU. firmaron una carta de apoyo enviada a la administración del Presidente Joe Biden para que considere aprobar este permiso. 

La organización Ecuatorianos Unidos por el TPS continúa realizando acciones por este pedido. En una rueda de prensa celebrada el 5 de mayo en el centro comunitario de Ginarte, en Queens, anunciaron una marcha pacífica en Washington D.C., con el objetivo de conseguir el apoyo de más congresistas para que se unan a la carta de apoyo de Ocasio-Cortez y Espaillat. 

Vargas salió de Ecuador hace un año, pero la huella de la violencia sigue presente en su vida, por lo que regresar no es una opción. Tres meses antes de venir a los Estados Unidos, su cuñado fue secuestrado por ocho horas, y lo dejaron ir tras obligar a sacar $560 del cajero. “Temo por la vida de mi familia que está allá en Ecuador. Hemos estado en diálogo para que ellos viajen para acá”, explicó Vargas, cuya esposa y dos hijos siguen en Ecuador. 

Vargas espera unirse a esta marcha para ser una de las personas que pidan la aprobación de este permiso frente a la Casa Blanca y pueda compartir su historia. 

“Si el ecuatoriano que vive acá en los Estados Unidos no se informa, incluso no se integra a esta lucha, existe la posibilidad de que nuestro pedido quede en el olvido y no lo tengamos”, dijo César Carrera, vocero de Ecuatorianos Unidos por el TPS durante una conferencia de prensa.

Mientras tanto, los líderes de Ecuatorianos por el TPS aseguran en diferentes reuniones,  que no van a descansar hasta ver que se cumpla.