El servicio municipal de compost, Curbside Composting, comenzó su piloto en Queens en el 2022; sin embargo, la comunidad no conoce la medida.
Por: Ana María Betancourt Ovalle
Todos los domingos por las mañanas se reúnen al menos 20 voluntarios en Sunset Garden, un jardín comunitario en el barrio de Ridgewood en Queens, para compostar los residuos orgánicos del vecindario. Por unas horas, trabajan con rastrillos y palas por una causa común: triturar y oxigenar restos de comida para crear compost.

El jardín produce alimentos como berenjenas, ajíes, tomates cherry, jitomates, limonaria, tomillo y orégano a los que pueden acceder los miembros del jardín y a partir del próximo año cualquier residente del vecindario. Crédito: Ana María Betancourt.
“Esto es como una iglesia para nosotros, porque todo el mundo respeta la tierra y se respeta mutuamente”, dijo Ana Cordero, una artista puertorriqueña de 40 años que desde hace un año composta en el jardín. El compost es un proceso en el que organismos como bacterias, hongos, gusanos y otros insectos, descomponen materia orgánica para crear fertilizantes que nutren el suelo y los cultivos.
Las personas recogen los residuos orgánicos y los trituran con rastrillos para que estos microorganismos los puedan digerir más fácilmente.
El jardín Sunset Garden, ubicado en la calle Willoughby con avenida Onderdonk, lleva haciendo compost desde el 2022, el mismo año que comenzó en Queens el programa piloto de Curbside Composting (o recolección puerta a puerta de residuos orgánicos) del Departamento de Sanidad de Nueva York (DSNY por sus siglas en inglés).
Curbside Composting
Desde el 6 de octubre de este año, todos los propietarios de vivienda en Nueva York deben separar los residuos orgánicos como cáscaras de fruta, papel y tisanas de té y depositarlos en los botes de basura color café que debe tener cada edificio. De lo contrario, en abril de 2025 comenzarán a ser multados. Esto se debe a que el Acta Cero Residuos (Zero Waste Act en inglés) entra en vigor.
El DSNY ha hecho esfuerzos por informar a la ciudadanía sobre esta medida. Sin embargo, en Queens, el primer condado en recibir los servicios de Curbside Composting, la comunidad señala desconocer la ley y el uso de los nuevos botes de basura.
El compost es un proceso beneficioso para el medio ambiente, porque ayuda a que los restos de comida no generen gases de efecto invernadero al descomponerse, sino que se conviertan en nutrientes para el suelo, las plantas y los cultivos.
“En cambio, cuando los residuos de comida son llevados a rellenos sanitarios, estos no se compostan porque no tienen oxígeno. Con el tiempo se descomponen pero liberan metano y dióxido de carbono a la atmósfera”, explicó Prash Naidu, investigador de antropología ambiental de CUNY y doctor en Estudios Históricos y Políticos.
La separación obligatoria de residuos orgánicos es una medida creada con el objetivo de reducir los desechos en rellenos sanitarios, luchar contra el cambio climático y controlar la cantidad de ratas, explicó Hillary Bosch, coordinadora de alcance del DSNY.
La ley estipula que el DSNY distribuya los botes de basura color café a los edificios que los solicitaron, recolecte desechos orgánicos e informe a la comunidad. El Departamento de Sanidad también publicó cartillas multilingües en su página web y ha hecho sesiones informativas regularmente en múltiples idiomas como español y mandarín. Pese a la información y recursos que el DSNY ha compartido, durante el 2023 tuvo una tasa de recolección de residuos orgánicos del 4.1% para Queens y Brooklyn.

Varios edificios en Ridgewood sí tienen los botes de basura para residuos orgánicos, pero no son utilizados adecuadamente. Crédito Ana María Betancourt.
“La tasa de participación en el programa de compost es muy baja, podría ser más significativa e impactante, pero esto se conecta con la falta de educación y discernimiento por parte del DSNY”, dijo Emily Coyne, consultora de sostenibilidad y maestra en compost certificada por el Departamento de Sanidad. “Creo que el DSNY hace un trabajo maravilloso, pero todavía les falta mucha divulgación y educación sobre por qué es importante separar nuestra comida de la basura”.
La baja participación ciudadana en el manejo de los residuos se puede ver en programas pasados, como el de reciclaje de la ciudad, en donde durante el 2023 Queens tuvo una tasa de recolección de reciclables del 19% y Brooklyn del 16%. Además, en 11 años, el porcentaje de recolección de materiales reciclables en todo Nueva York ha aumentado 1.6%.
El Deadline se acercó a 20 residentes de Ridgewood, Queens, en dos parques y a la salida de una iglesia, a preguntarles si conocen sobre la ley o si han recibido información del DSNY sobre cómo separar los residuos orgánicos y la mayoría de personas contestaron que no. Algunas de estas ni siquiera se habían percatado de si su edificio tenía el bote de basura color café.
“No, no he escuchado sobre esa ley. Sabía solamente que hay que separar la basura reciclable, pero la de separar lo vegetal, no”, dijo Aida González, una vendedora de dulces ecuatoriana.
La única persona que tenía conocimiento fue Rudy Brita, un superintendente que trabaja en un edificio en Manhattan.
“Lo que hizo Sanitation [el DSNY] fue dejar botes cafés en el edificio que trabajo y ya, no dieron información de nada. Yo no sé ni cuándo empieza la ley o qué días tengo que sacar esa basura”, dijo Brita.
Vincent Gragnani, el secretario de prensa del DSNY, declaró a El Deadline que han intentado llegar a la mayor cantidad de personas dentro de sus posibilidades.
“Hemos hecho una cobertura extensiva en medios de comunicación, compartido información en múltiples redes sociales y con funcionarios públicos, enviado volantes por correo, tocado las puertas de edificios de una a nueve unidades y organizado varias sesiones informativas con residentes y administradores de edificios”, dijo Gragnani, quien también afirmó que han colaborado con varios jardínes comunitarios alrededor de la ciudad.
De acuerdo con Big Reuse, socio del DSNY encargado de hacer la divulgación del programa, compartieron información a 74 mil personas en los cinco condados de Nueva York, tocaron 38 mil puertas para informar sobre el programa, condujeron 625 eventos comunitarios y colaboraron con 152 jardines comunitarios en la ciudad. También la información apareció en medios de comunicación como The New York Times, Spectrum News y Fox.
El Jardín y La Comunidad
Algunos de los miembros del Sunset Garden argumentan que no han participado en la recolección de recursos orgánicos del DSNY porque los residuos no son transformados en compost, sino utilizados para crear biogás (un combustible que se ha promocionado como energía limpia, pero que su producción emite metano). El medio local The City reportó en noviembre del año pasado que los residuos orgánicos recogidos por Curbside Composting no estaban siendo compostados, sino llevados a la planta de Newtown Creek para crear biogás.
Sin embargo, un estudio del Laboratorio Nacional de Energía Renovable muestra que los sistemas de digestión anaeróbica (o plantas de creación de biogás) dan como resultado reducciones netas de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los rellenos sanitarios.

Todos los letreros del jardín están en inglés y español con el propósito de hacer del jardín un lugar incluyente con la población migrante de Ridgewood. Crédito: Ana María Betancourt.
“Yo solo acudo a los servicios de Curbside Composting para las cosas que no puedo traer al jardín. No ofrecen mucha transparencia en su programa porqué se llaman un servicio de compost, pero eso no es lo que hacen, sino que crean biogás con la mayoría de los residuos que recogen”, dijo Amy Burruous, una profesora de secundaria que asiste a las jornadas de compost del jardín desde sus inicios.
El Sunset Garden no pretende ser un lugar de recolección masiva de residuos orgánicos, ni tiene las capacidades para hacerlo, sino que apunta a ser un espacio pedagógico y de encuentro comunitario, según Cristóbal Moris, el líder argentino-chileno del comité de compost del Sunset Garden.
En el jardín no solo se composta, sino también se cultivan plantas nativas y alimentos como tomate, berenjena, maíz y hierbas aromáticas.
“El compost que producimos beneficia a nuestra comunidad porque lo aplicamos en los cultivos. La comunidad participa porque encuentra un espacio donde conectarse con la naturaleza y con otros”, dijo Moris. “También educamos e involucramos a las personas para que tengan plena comprensión sobre qué es compostar”.
Sulafa Victoria Grijalba, abogada ecuatoriana de 28 años, siente que compostar es una forma de retener conocimientos ancestrales y representar a su abuela que migró desde Ecuador teniendo saberes ambientales.
“Vengo porque no quiero perder el conocimiento heredado de mis ancestros, como mi abuela. Ella no conoce la palabra compost porque nunca fue a la escuela, pero lo practica y yo crecí con eso. Entonces mi principal motivación es mi abuela y el querer retener ese conocimiento que no suele estar en manos de abuelas hispanas”, dijo Grijalba.
Grijalba también ve en el compost del Sunset Garden una oportunidad de participar en un espacio de toma de decisiones.
“También vengo porque me importa mucho la representación y la toma de decisiones. Mi familia es una familia de inmigrantes que se enfocó en encontrar estabilidad y por eso se involucró con el capitalismo, van a trabajar todos los días. Están cansados. Están enfermos y no tienen tiempo para participar en la comunidad. Creo que veo la responsabilidad ahora que tengo el privilegio del tiempo y la salud para venir y participar en espacios de toma de decisiones”, dijo.

Cristóbal Moris es líder del comité de compost y uno de los cofundadores del Sunset Garden. Crédito: Ana María Betancourt.