“Estamos aquí para dar lo mejor de nosotras y no vamos a parar hasta lograr donde es”, dice Cynthia Crovetto quien en su búsqueda por elevar su trabajo de niñera a un nivel profesional, se embarcó en una misión para apoyar a sus compañeras de la ciudad.

Cynthia Croveto, de 38 años, es la fundadora de NALANY, una red de apoyo para niñeras latinas de Nueva York. Foto: Cynthia Crovetto.

Por María Mónica Fernández

Se necesitó de la adrenalina que sólo da el hablar por un micrófono frente a un grupo grande de personas para que a Cynthia Crovetto le cambiara su vida como niñera.

Al frente de 18 colegas reunidas para celebrar la semana internacional de reconocimiento de las niñeras, Crovetto de 4’11 de altura y con la elocuencia que la distingue, comenzó un discurso de agradecimiento que terminó como un llamado al cambio.

Ella anunciaba que, a partir de ese día, el 27 de septiembre de 2014, sus compañeras niñeras y ella se iban a organizar para convertirse en el apoyo que necesitaban.

Con este anuncio, nació NALANY, Nannies Latinas of NY (Niñeras Latinas de Nueva York), un grupo de niñeras de la ciudad dedicadas a brindar guías para mujeres hispano hablantes que cuidan de las niñas y niños de esta gran metrópolis.

“NALANY nació de la necesidad de la comunidad y de ver a mi alrededor a chicas que querían algo más como yo: Más información en español”, recuerda Crovetto, de 38 años, quien llegó a la gran manzana hace 19 años de su natal Lima, Perú donde trabajaba en un laboratorio químico.

Crovetto formó NALANY inspirada por el profesionalismo que proyectaba en su trabajo tras capacitarse con organizaciones como la Asociación Internacional de Niñeras, una organización paraguas sin ánimo de lucro que ofrece cursos e información a niñeras alrededor del mundo, o en eventos como Nannypalooza, una convención anual que reune a niñeras del todo del país para realizar actividades y talleres para la formación en el cuidado infantil.

Antes de NALANY, Crovetto recuerda que el trato justo y buena paga estaba reservada para aquellas que manejaban el inglés. Ella se frustraba al encontrar que las pocas capacitaciones de cuidado infantil que había en el área se ofrecían exclusivamente en inglés, lo que desalentaba a varias de sus compañeras hispanohablantes de acompañarla a los talleres.

La industria del cuidado, una de las más grandes de la ciudad, tiene un incremento del 15% de trabajadores y trabajadoras en la última década. Los registros más recientes calculan que hay alrededor de 14,173 niñeras en la ciudad, de la cual 31.6% son hispanas.

A pesar de su crecimiento, reportes de la agencia municipal a cargo de los derechos laborales reconocieron que más de la mitad de las trabajadoras domésticas de la ciudad de Nueva York, incluyendo las niñeras, han experimentado robo de salarios, falta de días libres, acoso, discriminación y miedo a represalias si denuncian irregularidades en sus trabajos por parte de sus empleadores y empleadoras.

A esto se le suman observaciones como las del reporte del Economic Policy Institute que afirman que los informes sobre empleados y empleadas domésticas pueden arrojan un registro por debajo de la realidad.

“Primero, una proporción significativa de los trabajadores domésticos cobran ‘por debajo de la mesa’, por lo que es menos probable que las personas que participan en las encuestas informen de estos empleo. Segundo, la proporción de trabajadores domésticos nacidos fuera de Estados Unidos es mayor que la proporción de trabajadores en general que no son nacidos en Estados Unidos, y se cree que los inmigrantes están infrarrepresentados en las encuestas nacionales”, explica el informe.

Apoyo para las niñeras latinas de Nueva York

Angelica Pérez, mexicana y niñera con más de 25 años de experiencia, conoció a Crovetto en el 2014 en el parque que las dos frecuentaban con los niños que cuidaban en el Upper West Side de Manhattan.

Pérez recuerda a Crovetto proponiéndole ir juntas a diferentes capacitaciones que Crovetto encontraba en internet como Nannypalooza. Al atender a estas capacitaciones, Pérez descubría aliviada que su jefe le cumplía con todos los permisos de ausencia por enfermedad, horas extras y días libres que ella, que, hasta ese entonces, ella no contaba como derechos.

“[Mi jefe] pensaba que yo ya sabía mis derechos, pero no lo sabía” recordaba Pérez.

Pero la realidad de muchas niñeras era diferente y carente de protecciones. Por ejemplo, Pérez y Crovetto sabían de niñeras que les pagaban por debajo del minímo mientras cuidaban tres o cuatro niños y al mismo tiempo tenían a cargo la limpieza de la casa.

Crovetto veía que ella y sus compañeras necesitaban un espacio para crear soluciones a estos malos tratos. “Empezamos a trabajar más en hacer evaluaciones cada cierto tiempo entre nosotras de que ‘okey, ¿este mes qué pasó? Tú dijiste que la mamá te quitó autoridad, ¿Cómo has manejado esa situación? ¿Has aplicado algunos de los consejos que las chicas te dieron?’” explicó Crovetto.

Gilda Corado, guatemalteca con más de 15 años de experiencia en el cuidado de infantes, llegó a NALANY en el 2019, después de charlas con Crovetto cuando las dos coincidían en el subterráneo de regreso a sus casas en Harlem desde sus trabajos en el Upper West Side. Corado recuerda a Crovetto preguntándole por sus condiciones de trabajo y explicándole que a la empleadora de Corado le correspondía pagarle el pase del mes del metro. Y aunque Corado no se atrevió a exigirle a su empleadora que le pagara el transporte, entendió que lo mejor era buscar trabajo con otra familia con la cual pudiera negociar bonos, días libres pagos y gastos de transporte desde un principio.

“Hay una luz de esperanza cuando te dicen ‘tú tienes derechos’. Tú vales y debes informarte. Todo eso lo aprendí con NALANY” dijo Corado.

Con NALANY, Crovetto también busca fomentar las responsabilidades en el cuidado infantil. Procura que sus compañeras tengan un certificado vigente en CPR y primeros auxilios o que atiendan a entrenamientos como el International Nanny Training Day, un taller anual que brinda capacitación intensiva para mejorar las prácticas del cuidado infantil.

NALANY va para su noveno aniversario y ya cuenta con alrededor de 50 niñeras activas y más de mil seguidoras y seguidores en Facebook.

Crovetto, dos miembras de NALANY y la hija de una de ellas (de blusa negra) comparten consejos y experiencias sobre sus trabajo de niñeras en una de sus reuniones. Miembras de NALANY de izquierda a derecha: Lidia Agüero, Dina Toxtle y Cynthia Crovetto). Foto: María Mónica Fernández

El empeño y dedicación, una de las cualidades que sus compañeras más le atribuyen a Crovetto, ha sido la clave para que NALANY llegue a más niñeras. Ella organiza charlas en vivo o envía artículos sobre la crianza de infantes en la cuenta de Facebook de NALANY o en su grupo privado de Whatsapp.

“Una vez [Crovetto] compartió un artículo del espasmo sollozo. A mí me había pasado con uno de los niños. Yo no sabía que se llamaba así… [ella] te comparte todo ese tipo de informaciones que son súper valiosas”, compartió Cristina Paredes, peruana que dejó su carrera en administración de restaurantes para seguir su pasión de cuidar niños y se incorporó a NALANY hace un año.

En el futuro, Crovetto le gustaría ver que la educación que ha compartido a través de NALANY llegara a las familias que trabajan con niñera. Ella considera que todavía hay mucho por reconocer a aquellas que día a día cuidan a los pequeños de la ciudad como si fueran propios.

“Una niñera que está feliz, que se siente valorada no va a dar el cien por ciento, da el mil por ciento… nosotras nos movemos con el corazón” dice Crovetto.